“Nuestra meta principal es que el e-paper se vea y se sienta como un papel”, explica Andrew Steckl, profesor de electrotécnica en la Universidad de Cincinnati, quien junto a su grupo investigador considera propio para los usuarios de aparatos de lectura que su uso sea fácil de transportar como también de leer.
A través de la tecnología de electrowetting, en la cual los pigmentos de colores son enviados con cargas eléctricas sobre un sustrato de papel, los investigadores pensaron utilizar el vidrio como la sustancia a investigar para el uso del e-reader. Luego cambiaron de parecer y concluyeron que con la investigación del papel tendrían más éxito.
“Con el papel adecuado, el proceso idóneo y la correcta técnica de producción se podrán lograr excelentes resultados, que serían igual de buenos que los que obtendríamos con el vidrio” afirma Steckl. Además, agregó la posibilidad de incluir en estos nuevos e-readers la función de reproducir vídeos.
La meta a largo plazo es la producción de pantallas que puedan doblarse y enrollarse como un periódico, facilitando así el transporte del libro digital. Se calcula que los nuevos e-readers podrían salir al mercado dentro de 3 a 5 años, “esto si encontramos socios que nos acompañen a financiar la investigación” agrega Steckl.
Sin embargo, la situación para los investigadores es difícil, ya que los grandes distribuidores de lectores de libros electrónicos no se especializan en crear aparatos a base de papel. No obstante, el equipo de Steckl piensa que recibirán apoyo porque la creación de este tipo de aparatos ayudará de gran manera al medio ambiente y quizás obligue a las empresas a crear productos de manera más eficiente para el medio ambiente.
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