Con el avance de los televisores LCD en los hogares y la costumbre de utilizar la computadora como centro multimedia desde donde proyectar películas, series o una seguidilla de fotos de las vacaciones para ver en el televisor, surge un problema que debe ser resuelto: cómo manejar la computadora sin estar al lado.
El público se ubica en el sillón, a una distancia que debería rondar los 10 cm por cada pulgada de la pantalla. Así, un LCD de 32″ se disfruta a una distancia de 3,20 mts. de la pantalla y si la computadora está cerca de la pantalla, entonces el teclado y el mouse para elegir la película, para subir el volumen o para dar PLAY o STOP también estarán a esa distancia. Siempre existe la posibilidad de recorrer esos 3 metros cada vez que haya que tocar alguna tecla como se hacía antes de que existiera el control remoto pero cuando se están pasando fotos y cada tanto hay que parar en alguna y explicar, el anfitrión está obligado a sentarse al lado del monitor como si fuera un profesor dando una clase.
Para evitar esto, es necesario tener un teclado y/o un mouse que se puedan operar desde lejos. Salvo que uno esté dispuesto a tirar cables que atraviesen todo el living, la mejor opción es recurrir a una versión inalámbrica de estos dispositivos.
Es difícil (y hasta más caro), conseguir un teclado inalámbrico que no venga con un mouse haciendo juego. Esto es porque los fabricantes y vendedores entienden que si uno quiere evitarse los cables de uno, también querrán evitarse los del otro. Si uno se arregla con el teclado para hacer todo lo que quiera desde el sillón, puede elegir entre alguno de estos kits que arrancan en u$s 35 como el Genius Twintouch 750e que se compone de un teclado completo (incluye pad numérico) y un mouse óptico sencillo. Por un precio similar, se consigue el Microsoft Desktop 700 V2, que a diferencia del combo de Genius tiene batería en vez de pilas. Tanto en una como en otra opción se debe enchufar un pequeño receptor USB en la computadora, sincronizarlo con teclado y mouse y usarlos desde lejos hasta que la batería o las pilas aguanten. Estos combos tienen 2 detalles que podrían resultar grandes contras: por un lado, el teclado es un teclado de tamaño normal que puede ser un poco incómodo de guardar y de operar sentado desde el sillón. En relación al mouse, más allá de que a veces funcione desplazándolo sobre la pierna de alguien, por lo general un mouse óptico requiere una superficie plana y de ciertas características para su correcto funcionamiento.
Para suplir estos detalles, se puede optar por opciones de teclado que incluyen algún sustito al típico mouse.
Si el tamaño del teclado no es el mayor problema, hay teclados completos que incluyen un trackball o un touchpad en una punta. Teclados como estos se consiguen en Estados Unidos por u$s 71 y u$s 48 respectivamente.
En Argentina, por u$s 85 se consigue un mini-teclado con touchpad incluído que permite acceder a un teclado y a un dispositivo señalador todo en uno, en un tamaño práctico para guardar junto con los controles remotos, aunque las teclas pueden requerir de dedos finitos y un poco de paciencia (lo mismo que pasa con un smartphone).
La alternativa que se lleva todas las palmas en este rubro de controlar un equipo desde lejos, sigue siendo el DiNovo mini de Logitech. Este teclado + mouse del tamaño de la palma de la mano se puede usar a 10 metros de la computadora, tiene todas las funciones de un teclado de tamaño normal y tiene en su esquina superior derecha un práctico espacio que puede funcionar como teclas de dirección o como mouse (se elige moviendo una palanquita). Este tecladito (por su tamaño, no por su potencia) tiene una batería que dura un mes de uso intenso, requiere ser sincronizado una única vez para que funcione sin parar y con usarlo un par de veces ya cuesta trabajo soltarlo: además de una tapa elegante y un diseño realmente tentador, tiene luces de color naranja o verde que sirven para poder escribir en total oscuridad, ambiente habitual cuando se ve una película en familia o con amigos. Este teclado cuesta un poco más que los demás (aproximadamente u$s 250) pero quien lo vea inmediatamente notará que vale la pena darse ese lujo.
El público se ubica en el sillón, a una distancia que debería rondar los 10 cm por cada pulgada de la pantalla. Así, un LCD de 32″ se disfruta a una distancia de 3,20 mts. de la pantalla y si la computadora está cerca de la pantalla, entonces el teclado y el mouse para elegir la película, para subir el volumen o para dar PLAY o STOP también estarán a esa distancia. Siempre existe la posibilidad de recorrer esos 3 metros cada vez que haya que tocar alguna tecla como se hacía antes de que existiera el control remoto pero cuando se están pasando fotos y cada tanto hay que parar en alguna y explicar, el anfitrión está obligado a sentarse al lado del monitor como si fuera un profesor dando una clase.
Para evitar esto, es necesario tener un teclado y/o un mouse que se puedan operar desde lejos. Salvo que uno esté dispuesto a tirar cables que atraviesen todo el living, la mejor opción es recurrir a una versión inalámbrica de estos dispositivos.
Es difícil (y hasta más caro), conseguir un teclado inalámbrico que no venga con un mouse haciendo juego. Esto es porque los fabricantes y vendedores entienden que si uno quiere evitarse los cables de uno, también querrán evitarse los del otro. Si uno se arregla con el teclado para hacer todo lo que quiera desde el sillón, puede elegir entre alguno de estos kits que arrancan en u$s 35 como el Genius Twintouch 750e que se compone de un teclado completo (incluye pad numérico) y un mouse óptico sencillo. Por un precio similar, se consigue el Microsoft Desktop 700 V2, que a diferencia del combo de Genius tiene batería en vez de pilas. Tanto en una como en otra opción se debe enchufar un pequeño receptor USB en la computadora, sincronizarlo con teclado y mouse y usarlos desde lejos hasta que la batería o las pilas aguanten. Estos combos tienen 2 detalles que podrían resultar grandes contras: por un lado, el teclado es un teclado de tamaño normal que puede ser un poco incómodo de guardar y de operar sentado desde el sillón. En relación al mouse, más allá de que a veces funcione desplazándolo sobre la pierna de alguien, por lo general un mouse óptico requiere una superficie plana y de ciertas características para su correcto funcionamiento.
Para suplir estos detalles, se puede optar por opciones de teclado que incluyen algún sustito al típico mouse.
Si el tamaño del teclado no es el mayor problema, hay teclados completos que incluyen un trackball o un touchpad en una punta. Teclados como estos se consiguen en Estados Unidos por u$s 71 y u$s 48 respectivamente.
En Argentina, por u$s 85 se consigue un mini-teclado con touchpad incluído que permite acceder a un teclado y a un dispositivo señalador todo en uno, en un tamaño práctico para guardar junto con los controles remotos, aunque las teclas pueden requerir de dedos finitos y un poco de paciencia (lo mismo que pasa con un smartphone).
La alternativa que se lleva todas las palmas en este rubro de controlar un equipo desde lejos, sigue siendo el DiNovo mini de Logitech. Este teclado + mouse del tamaño de la palma de la mano se puede usar a 10 metros de la computadora, tiene todas las funciones de un teclado de tamaño normal y tiene en su esquina superior derecha un práctico espacio que puede funcionar como teclas de dirección o como mouse (se elige moviendo una palanquita). Este tecladito (por su tamaño, no por su potencia) tiene una batería que dura un mes de uso intenso, requiere ser sincronizado una única vez para que funcione sin parar y con usarlo un par de veces ya cuesta trabajo soltarlo: además de una tapa elegante y un diseño realmente tentador, tiene luces de color naranja o verde que sirven para poder escribir en total oscuridad, ambiente habitual cuando se ve una película en familia o con amigos. Este teclado cuesta un poco más que los demás (aproximadamente u$s 250) pero quien lo vea inmediatamente notará que vale la pena darse ese lujo.
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Tecnología
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